El Acuerdo de París fue adoptado en el 2015 como parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su principal objetivo es abordar el cambio climático para limitar el calentamiento global y mantener la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados Celsius, limitando el aumento a 1.5 grados Celsius. Los objetivos clave a gran escala de este acuerdo son: la mitigación, la adaptación, brindar apoyo financiero a países en desarrollo, la transferencia de tecnología, solidaridad global, transparencia y rendición de cuentas.
El portal de noticias The Guardian recientemente publicó alarmantes declaraciones de Alain-Richard Donwahi, quien dirigió la cumbre Cop15 de la ONU en el 2022. El ex Ministro de Defensa de Costa de Marfil mencionó que la degradación del clima avanza más rápido de lo que esperaban, mucho antes de alcanzar los 1.5 grados centígrados.
"La desertificación y la sequía conducen al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad. Y cuando hay cambio climático, surgen sequías, inundaciones, tormentas".
Donwahi también habló sobre las malas prácticas agrícolas, haciendo énfasis en lo mucho que han afectado a la degradación del suelo, provocando que el rendimiento de las tierras también sea impactado negativamente, poniendo en peligro la seguridad alimentaria global. Propone como una de las soluciones que los países ricos ayuden a países con más recursos naturales para mitigar las emisiones, mejorar la seguridad alimentaria y preservar la biodiversidad.
Un informe reciente de la Climate Policy Initiative (Iniciativa de Política Climática) expone que solamente el 4.3 por ciento de la financiación destinada al cambio climático se enfoca en la alimentación y la agricultura, a pesar de que este sector es responsable de aproximadamente un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La FAO estimó en el 2013 -basándose en análisis del 2004 y 2005- que la producción ganadera representaba el 14.5 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La nueva estimación es del 11.1 por ciento, a pesar de que el porcentaje es menor, no significa que el impacto haya disminuido y de hecho, todo indica que va en aumento. Las variaciones se deben a diferencias metodológicas.
Algo que considero hace mucha falta, es hacer énfasis y más cobertura mediática sobre el impacto que tienen la producción de carne y lácteos, pero existen muchos intereses de por medio, prueba de ello es que solo el 7 por ciento de todos los informes sobre el cambio climático hacen referencia al papel que juegan los productos de origen animal. También, para muchas personas resulta incómodo conocer la realidad de las granjas y el impacto que nuestras elecciones a la hora de elegir qué comer pueden tener. Por otra parte, empresas como Tyson siguen invirtiendo grandes cantidades de dinero promocionando el consumo de sus productos cárnicos; tan sólo en el 2022, invirtieron 283 millones de dólares en publicidad alrededor del mundo. En ocasiones se siente que vamos nadando contra corriente.